Futbol: entre la esclavitud moderna, la corrupción y el lucro
El futbol profesional es ante todo un negocio donde prevalece el lucro, al grado de que los jugadores se enfrentan a un proceso de esclavitud moderna en el que se viola su derecho humano al trabajo digno: el negocio de las piernas, explican expertos. El deporte también se ve manchado por múltiples actos de corrupción que llegan a los directivos del más alto nivel, tanto de la FIFA como de la Femexfut. Al respecto, la UNODC ha documentado incluso amaño de partidos para favorecer el mercado de las apuestas. De nada de esto se escapó el Mundial de Qatar 2022
En México y en muchas partes del mundo, los jugadores de futbol profesional son sometidos a procesos de esclavitud moderna en los cuales se viola su derecho humano al trabajo digno. Ello, porque la FIFA (Federación Internacional de Futbol Asociación) ha convertido ese deporte, ante todo, en un negocio, “el negocio de las piernas”, explican expertos.
Esto no sólo pasa por encima de los derechos laborales, sino que antepone el lucro al deporte, generando escenarios de corrupción que incluyen el amaño de partidos para favorecer el mercado de las apuestas, como ha documentado la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Y de nada de esto se escapó el Mundial de Qatar 2022.
“Es un mercado de piernas y la esclavitud en la época moderna es muy evidente en el futbol. De ahí, que no se puedan tener sindicatos –en algunos países– de futbolistas; por ejemplo, en el caso de México, donde se gana mucho dinero pero no hay derechos”, señala el investigador Óscar Barrera Sánchez, doctor en ciencias sociales y políticas por la Universidad Iberoamericana.
La esclavitud moderna implica que a los jugadores no se les respeta su derecho humano al trabajo digno. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, no sólo se trata del trabajo lícito como condición humana para asegurar las necesidades básicas e incluso lograr una buena vida, sino que se abarca también los llamados derechos humanos laborales, íntimamente ligados a la seguridad social, a la asociación profesional, al derecho a la permanencia en un empleo, a ser indemnizado en caso de despido sin justa o legal causa, a un salario, a una vivienda, a capacitación y adiestramiento, a una jornada máxima laboral, al reparto de utilidades, entre otros.
No obstante, directivos del futbol profesional –en el caso mexicano– no sólo impiden a los jugadores sindicalizarse bajo la amenaza de quien lo intente será expulsado y vetado por todos los equipos que integran la Femexfut (cancelando con ello su derecho a la permanencia en el empleo), sino que los somete a los a dobles contratos para defraudar al fisco.
Al respecto, el doctor Barrera Sánchez –autor de la tesis de maestría ¡Nosotros no jugamos con viejas!: la reproducción hegemónica masculina a través del futbol soccer por televisión. Un estudio exploratorio de representaciones sociales– dice a Contralínea que ese “mercado de piernas” implica que los jugadores sean transferidos de un equipo a otro.
Lo anterior, sin tomar en cuenta las decisiones o intereses de los deportistas, o si el equipo al cual serán transferidos está basado en otra entidad federativa, con lo que se trastoca su vida familiar y personal.
El mercado de piernas también condiciona el rendimiento de los propios competidores, considera el investigador, como ocurre en los mundiales como el de Qatar 2022. Ello, porque las oportunidades para ir a mejores equipos “mucho depende del desempeño que se tenga o de la proyección que se tenga en estos momentos de la Selección”. Añade que “pasa un efecto muy dual con las figuras en el futbol: hay selecciones conformadas con puros seleccionados que juegan en Europa, en el torneo más importante de soccer, y obviamente a esos jugadores no les conviene tanto arriesgarse en el juego en la selección nacional, porque es más rentable económicamente estar listos para sus equipos donde van a ganar lo que quieran; pero hay otras selecciones menores, en esta marca nacional, donde el futbol es menor y por lo tanto la selección es la forma en que salen, en que pueden ser vistos por los equipos grandes de futbol para poder ser comercializados”.
El doctor Barrera Sánchez opina que “es muy importante el asunto entre las selecciones pequeñas en las que nunca han ganado un mundial, entre las que no tienen tanta tradición. Destacar, ¿para qué?, para poder tener un mejor nivel de vida, casi siempre. En el caso de los países que han controlado el futbol durante muchos años, obviamente, pasa el efecto contrario, donde ellos son grandes y están prácticamente en equipos europeos donde van a poder ganar lo que ellos quieran y obviamente ellos ya están más preocupados por eso que por el juego de su selección”.
Por su parte, el economista Octavio Rivas explica en entrevista que el futbol es ante todo un negocio como lo es cualquier actividad de entretenimiento –sea un deporte o cualquier actividad cultural–, que tiene implicaciones económicas. Más aún, observa, el futbol porque según una encuesta de Consulta Mitofsky sobre la afición al futbol en México, durante 2022 el 68 por ciento de los mexicanos es aficionado, y “eso implica el consumo de muchos bienes y servicios, que tienen repercusiones muy importantes en la actividad económica, ya sea en México o en cualquier otro país”.
Corrupción y futbol
Al ser un negocio, este deporte también se ha salpicado con casos de corrupción e incluso de amaño de partidos para favorecer las apuestas. De acuerdo con la UNODC, se calcula que cada año se juegan hasta 1.7 billones de dólares en los mercados de apuestas ilícitas. En su Informe global sobre la corrupción en el deporte 2022, la Oficina de la ONU señala que la corrupción es una preocupación pública desde hace décadas, a raíz de los escandalosos casos de los Black Sox en 1919 en el béisbol de Estados Unidos y de la manipulación de competencias en el futbol italiano en 1980 (“Totonero”).
Añade que “en los últimos años, los procedimientos penales relacionados con la corrupción en el deporte han atraído mucha atención. Se pueden citar varios ejemplos recientes. En 2018, tras una investigación de la Oficina Federal de Investigación (FBI), cuatro se iniciaron múltiples y destacadas investigaciones por parte de la fiscalía, así como numerosas investigaciones privadas por delitos de chantaje, fraude y corrupción, un antiguo miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) (actual Consejo de la FIFA) fue condenado a nueve años de prisión”.
Los casos de corrupción no acaban. De acuerdo con la cadena France 24, cinco miembros y exintegrantes del Parlamento Europeo –entre ellos la vicepresidenta y socialista griega Eva Kaili– fueron detenidos por las autoridades de Bélgica y se les incautaron 600 mil euros en “una macrorredada que salpica al corazón de la Unión Europea y al Mundial de futbol”. Los políticos son investigados por presunto lavado de dinero y sobornos que provendrían de Qatar.
Al respecto, el economista Octavio Rivas señala que hay toda una serie de problemas estructurales relacionados con el futbol. “El hecho de que se apueste en sitios de internet, que se lucre en los medios de comunicación con todo este evento deportivo, sin duda que oculta toda esta explotación laboral que no sólo se traducen en las muertes de miles de trabajadores, en su mayoría migrantes, en el caso de Qatar, sino también en el aprovechamiento de estos servicios de los que se sirve, en este caso, la actividad deportiva”.
Añade que del futbol hacen negocio desde los medios de comunicación, hasta otros sectores asociados, como el restaurantero, el textil –con la venta de playeras–, el de artículos relacionados a este evento deportivo –balones, tenis, uniformes–, pero las condiciones laborales en las cuales trabajan todas las personas en estos sectores son verdaderamente deleznables. En México, señala, más de la mitad de los trabajadores sufren de condiciones de precariedad laboral, y este evento deportivo por más que proyecte una imagen orientada a las élites económicas y que se promuevan sólo discursivamente los derechos humanos o el respeto a las condiciones laborales, no refleja todo este trasfondo político, como de derechos laborales y propiamente de humanos que están sujetas a estas diversas actividades.
Al respecto, la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México estimó que del 20 de noviembre al 18 de diciembre del año en curso se generaría una derrama económica de aproximadamente 3 mil 200 millones de pesos para los pequeños comercios de la capital. Durante la justa deportiva, se vieron beneficiados restaurantes, cantinas, bares, cafeterías, cocinas económicas, establecimientos de antojitos y comida rápida. Asimismo, la industria del entretenimiento, las tiendas de electrónicos y el sector de textiles.
Además, según datos del Consejo Nacional Empresarial Turístico, Estados Unidos registró el 26 por ciento de los vuelos a Qatar. Fue el país con mayor número de viajes para el Mundial; le siguen Canadá y Reino Unido, con 10 y 9 por ciento, respectivamente. En tanto, Francia, México y España reportaron el 5 por ciento de los vuelos con destino dentro de los Estados Árabes del Golfo.
Por su parte, el estudio Qatar 2022: the media champion expuso que 87 por ciento de los mexicanos encuestados indicó que vería todos los partidos de la Selección. En ese sentido, 78 por ciento de los espectadores señaló que los partidos serían vistos desde sus casas, 36 por ciento en los hogares de familiares o amigos, 32 por ciento en un bar/restaurante y el 23 por ciento en su lugar de trabajo.
Piratería
A este tipo de lucro se suman otras industrias ilícitas. El futbol no es lejano al crimen organizado y al lavado de dinero, por ejemplo. Tampoco a la industria de la piratería, que explota todas las aristas posibles para sacar rentabilidad de sucesos deportivos como el Mundial de futbol.
Octavio Rivas, licenciado en economía por el Instituto Politécnico Nacional, explica que no sólo la economía formal en la capital resulta beneficiada por la Copa del Mundo de Qatar 2022. La venta y comercialización de la piratería en juguetes, artículos escolares, calzado, ropa y productos alusivos al Mundial y a deportistas, tuvieron un efecto directo en la economía general. Dentro de la piratería se encuentra también la venta de trofeos falsificados y el aumento de plataformas de streaming que transmiten ilegalmente los partidos del Mundial, a pesar de las restricciones. Dichos productos comercializados ilegalmente atentan contra las marcas oficiales y las entidades que reciben ingresos por las licencias.
Ello sucede, señala el especialista en entrevista con Contralínea, porque la piratería brinda servicios y bienes a personas que con menores ingresos y en situaciones más desventajosas, no tienen la capacidad de comprarlas en tiendas formales y bien establecidas.
“La ONU y organizaciones internacionales apuntan que entre el 20 y el 25 por ciento de la economía de México está fundada por la economía informal”, expone. Por ello, agrega el economista, en términos económicos y de satisfacción de demanda, la piratería “sí juega un rol de satisfacer a gran parte de la población”.
Sin embargo, destaca que la economía informal interfiere en la integridad física y social de los trabajadores. Al respecto, indica que dicha actividad no provee seguridad social y derechos laborales a los empleados; tampoco retribuye impuestos.
A lo anterior, se suman las plataformas que realizan transmisiones falsas de los partidos con el objetivo de monetizar y sumar “vistas”. Aprovechando la euforia mundialista, se transmiten videos de baja calidad.
La mercantilización individual
El lucro en este deporte llega a tal nivel que la demanda de futbol convierte en mercancía las habilidades de los jugadores. La importancia de un futbolista se determina a través de su precio en el mercado, su posición en el terreno de juego, su impacto mediático así como su juventud, desgaste y depreciación.
En México, por portar la playera Adidas de la Selección se le paga a cada jugador 500 mil pesos por partido, enfatiza el doctor Barrera Sánchez. “Imaginemos qué será para los otros seleccionados, para las selecciones en las que todo el mundo tiene la mirada, como en el caso de Argentina y Brasil, en América Latina; o Alemania y España, en Europa”.
Por su parte, el economista Octavio Rivera señala a Contralínea que más allá de las capacidades y habilidades físicas de los futbolistas, su imagen también produce que diversas empresas estén interesadas en reclutarlos para difundir y promocionar sus productos. “Tenemos campos amplísimos de industrias de ropa, de servicios, de comunicaciones y hasta de alimentos a través de contratos millonarios, que buscan promocionar sus productos pese a no estar relacionados con el deporte”.
Según datos de Nielsen, empresa especializada en datos y medición de mercados, tan sólo a través de la red social Instagram, Cristiano Ronaldo percibe alrededor 2 millones 794 mil 333 dólares. Le siguen Lionel Messi y Neymar con 1 millón 952 mil 150 dólares y 969 mil 89 dólares, respectivamente. (Con información de Andrea Gómez)