¿Acuerdo o decretazo?… Tordos y caracoles
Por José María González Lara – Sistemáticamente y sin excepción la derecha política, mediática, académica y religiosa, se opone sistemáticamente a toda decisión del gobierno federal.
Aplauden y aprueban el supuesto “jalón de orejas” del gobierno de Estados Unidos al presidente López Obrador por la Reforma a la Industria Eléctrica -asunto de seguridad nacional para poner orden en la generación y distribución de electricidad y garantizar el abasto y precios justos a empresas y familias, 54% CFE, 46% privados-, así como ridículamente criticar hasta la postura corporal
Ridículo, criticaron hasta la postura corporal del ejecutivo en la reciente reunión cumbre de los países integrantes del T-MEC. Un columnista conservador afirmó que a dicha cumbre asistieron “dos líderes y un mendigo” (Sergio Negrete, El Financiero, 11-09-21), cuando es evidente los resultados positivos de la reunión trilateral. Así se las gastan quienes se oponen al cambio de régimen y pretenden recuperar los privilegios perdidos.
Atribuyen la inflación a las decisiones de política económica y social, cuando está demostrado que el gasto público, los incrementos salariales y los programas sociales no son causa del aumento de precios, sino que éste es un fenómeno global causado por la recuperación económica mundial en la paulatina superación de la pandemia.
Ante el carrusel de amparos otorgados por jueces confeti para entorpecer, suspender o hasta impedir las obras de infraestructura, el lunes 22 de noviembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación un Acuerdo para que las dependencias federales involucradas administrativamente atiendan como asunto de “seguridad nacional” el cumplimiento en tiempo y forma en la entrega de dichas obras a la sociedad mexicana (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Refinería Dos Bocas, Tren Maya, Corredor Transístmico, entre otras).
Dichos proyectos se consideran “prioritarios y/o estratégicos” para el desarrollo nacional, dada su importancia “… para incrementar la derrama económica del turismo, crear empleos, impulsar el desarrollo sostenible y proteger el medio ambiente”.
No se dispensa la gestión de permisos, dictámenes y licencias, mucho menos se exenta de la transparencia y rendición de cuentas a través de dependencias y organismos autónomos.
Para detener el sostenido avance político y administrativo del actual gobierno federal, la derecha sostiene que la decisión es un Decreto -o “decretazo”- equivalente ¡a un golpe de Estado! (Denise Dresser, 23-11-21). Los eruditos del Derecho Constitucional y los leguleyos discutirán y analizarán este asunto, por lo pronto las obras deben agilizarse.Las y los opositores de la 4T no reconocen la situación deplorable en que la derecha ideológica dejó al país en todos sus ámbitos; ante el nivel de aceptación ciudadana de AMLO, el malestar, la ira y la estridencia no les permiten analizar a profundidad por qué 30.3 millones de electores -¿equivocados?- demandan otro régimen político, transición nada sencilla que se extendería, si la misma sociedad lo decide, por mucho más de seis años. A la derecha nada le preocupa el juicio futuro de la historia sobre su postura para denigrar al presidente y desacreditar el proyecto de transformación ¿Quién polariza a la sociedad? La pieza poético-musical “Tordos y Caracoles” de Joan Manuel Serrat (álbum 1978) se suscribe pertinente para quienes corresponda.