Comisión de la Verdad y memoria social: imposible voltear a otro lado
“El informe del MEH y las iniciativas sociales de memoralización son una clara muestra de una herida abierta que no puede cerrar”.
Con la colaboración de Jessica Alcazar
Hace una semana se presentó una parte del informe final titulado “Fue el Estado” del Mecanismo de Esclarecimiento Histórico, realizado por tres de los Comisionados Abel Barrera, David Fernández y Carlos Pérez Ricart. En los próximos días Eugenia Allier presentará el reporte sobre las políticas represivas desplegadas específicamente contra las organizaciones político armadas entre 1965-1990 en México.
El informe identifica un amplio universo de víctimas de la violencia política, que cifra en al menos 8 594 personas víctimas. También identifica al menos 11 mil violaciones a derechos humanos y más de 120 mil personas desplazadas durante el periodo de 1965 a 1990. Para los sobrevivientes y sus familiares, el Informe propone medidas reparatorias específicas y adecuadas, dando cuenta del fracaso de las instituciones de atención a víctimas en el país
El Mecanismo de Esclarecimiento Histórico (MEH) forma parte de la Comisión de el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a Derechos Humanos cometidas de 1965 a 1990, creada por decreto presidencial en octubre de 2021. Tras 3 años de arduo trabajo, evidenció la falta de transparencia y opacidad en el acceso a la información de los archivos de las instituciones encargadas de la represión, principalmente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y el Centro Nacional de Inteligencia (en aquél entonces Dirección Federal de Seguridad).
Los comisionados se refirieron ampliamente a la falta de apoyo institucional pleno y obstáculos que enfrentaron durante su mandato, ejemplificado en cuestiones como la falta de acceso íntegro a los archivos de todas las autoridades, sobre todo del Ejército, del Estado Mayor Presidencial y de lo que hoy es el Centro Nacional de Información.
Por ello, aparte de los hallazgos brutales de este Mecanismo, es fundamental continuar impulsando el rescate de las memorias históricas y narrativas de las personas protagonistas de esta historia negada en México. También es urgente una reestructura institucional que garantice los derechos largamente denegados a las víctimas, particularmente en materia de justicia, reparación y no repetición.
El informe del MEH documentó cómo la violencia de Estado, durante ese período, no se concentró únicamente en los sectores estudiantiles o en las organizaciones insurgentes, sino que se expandió en contra de cualquier disidencia sexogenérica, política o de clase. También dio cuenta de la violencia histórica y el racismo que enfrentaron (y enfrentan) los pueblos indígenas, particularmente cuando se organizan para defender sus derechos. Esta perspectiva supone, como se ha sabido ver, una valiosa reinterpretación de la historia política reciente y es por ello un insumo importante para la comprensión de nuestro presente y combatir a la impunidad.
En el anterior contexto, desde los colectivos de sobrevivientes y familiares de víctimas de este funesto periodo de represión estatal, en coordinación con el ITESO y Artículo 19, presentamos en Guadalajara el martes 20 de agosto pasado la muestra museográfica “Vestir la represión”.
Esta exposición, montada en la Galería Universitaria del ITESO, se enriquece con los testimonios y vivencias de las familias y sobrevivientes de las graves violaciones a los derechos humanos en contra de las disidencias políticas en el país. Principalmente de las vivencias de los familiares y sobrevivientes de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S).Recuperamos las historias porque los testimonios son claves para conocer y esclarecer lo que ocurrió en aquella época de autoritarismo y violencia de Estado. La ciudad de Guadalajara fue epicentro del movimiento político en México, pero también de la represión por parte del Estado Mexicano, principalmente de la Dirección Federal de Seguridad que estableció su carcel clandestina y de tortura en la calle Francia 1687 en la Colonia Moderna, en esta Ciudad.
La experiencia sensorial de la exposición se alimenta del proyecto “Cartas Sonoras. Correspondencias para la Ausencia”, dirigidas a sus seres queridos ausentes, quienes fueron víctimas directas de la Violencia de Estado en la década de los sesentas y setentas. Muchos de ellos y ellas, desaparecidos por el Estado mexicano, ejecutados extrajudicialmente, y sometidos a un sin fin de graves violaciones a los derechos humanos. Las cartas fueron escritas a través de una serie de talleres de apoyo psicosocial que dieron herramientas para afrontar lo sucedido tras más de 50 años. La exposición se complementa con objetos personales, y ropa de la época que nos ayudan a darle contexto a ese periodo oscuro de la historia.
Al día siguiente, el 21 de agosto, hicimos el recorrido “Memoria en las calles” en los barrios de San Andrés y Analco, en la misma capital tapatía, respecto a los murales en memoria de los compañeros de lucha de la LC23S, impulsado por los colectivos “Memoria y Resistencia Francisco Mercado Espinoza” y el colectivo Rodolfo Reyes Crespo en colaboración de artistas locales (@reor91, @elgallomorales, y Casa Quinqué) y Artículo 19. También elaborados en un proceso participativo con la comunidad.
A lo largo del emotivo recorrido por los barrios emblemáticos de la ciudad, sobrevivientes y familiares nos explicaron sobre el proceso para reconstruir las memorias a través de la gráfica y el arte en estás cuatro sitios que se incorporarán a la Ruta por la Memoria, autogestionada por los propios familiares y sobrevivientes. Los murales son unareivindicación de la resistencia y la construcción de memorias desde abajo, con el fin de enfrentar la política de olvido y negación impuesto por más de 50 años. Los murales interpelan a las nuevas generaciones, dignifican las demandas presentes, pero sobre todo muestra que a pesar del terror del Estado, existieron y continúan las resistencias.
El informe del MEH y las iniciativas sociales de memoralización son una clara muestra de una herida abierta que no puede cerrar. La herida supura por la falta de reconocimiento de los hechos, el derecho a la verdad de las víctimas, sus familiares y de la sociedad. Supura porla ausencia de justicia y de reparación integral y digna. Pero también explica la terrible situación de violencia actual, que en buena medida deriva por los “nudos de impunidad” instaurados desde hace más de 50 años, tal como concluyeron los comisionados del MEH.
En este contexto, es imposible voltear a otro lado y negar la realidad. Hacerse cargo de ella es obligación del Estado ¿Será que se perderá otra vez una oportunidad histórica como sucedió con el gobierno de Fox, dados los pactos político-castrenses de impunidad? Las siguientes semanas de cierre de gobierno serán definitorias.