Cuando el fanatismo toca fondo… la violencia en las barras de aficionados al fútbol
No es la primera vez que se ha suscitado una gresca en un juego de fútbol, se tienen reportes de antaño, desde la más simple pelea a insultos hasta golpes y, lamentablemente muertos en esas peleas; tanto la prensa como los medios televisivos le han dado vista en su momento, pero lo que paso ayer en el estadio Corregidora de Querétaro, no tiene nombre.
¿Por qué a toda costa buscan minimizar el problema? Buscan ocultar lo que pasó cuando ya hay infinidad de videos, fotos, testimonios y la misma transmisión del partido que comprueba lo que se quiere negar, “no hay muertos, ni desaparecidos, sí heridos graves”.
Los videos son muy claros. Personas golpeando a otras personas hasta dejarlas inconscientes, desnudas, sangrando por nariz, boca, cabeza, de otras partes del cuerpo; videos donde vemos a los heridos ser despojados de sus pertenencias, arrastrados, pisados, azotados a cinturonazos, golpeados con objetos.
Los agresores tomando fotos del agredido como si se tratara de una pieza de caza.
Por un lado: caras de burla, de felicidad ante los hechos. Gritos de triunfo, la euforia a todo lo que da por lo que hicieron.
Del otro lado: caras de angustia, llanto, gritos de desesperación, familias huyendo y protegiendo a sus hijos de las agresiones.
La realidad : elementos de seguridad ausentes para detener el caos que se originaba en el estadio.
Una gran ventaja que se tiene hoy si alguien busca ocultar la verdad, es el hecho de que ya cualquier persona porta un celular con cámara y red movil, un solo video corto les puede tirar abajo una mentira, un par de fotos igual.
¿Desde dónde empieza el problema?
Desde que asistes a un estadio, a un partido, donde se les tiene que separa a los aficionados de ambos bandos por rejas y con policías de por medio. Las barras bravas son grupos de aficionados apoyados por los clubs de fútbol, mismos que les ayudan a vender boletos, conseguir aficionados, la promoción del evento; les dan privilegios al ser la “porra oficial del equipo”.
Muchas personas al tener esos privilegios, de inmediato se creen con mayores derechos sobre otros, se creen más importantes que los demás aficionados y los llevan al al límite de un fanatismo enfermizo, las mencionadas barras, es lo que antes eran las porras oficiales, el concepto de barra brava fue traído desde Sudamérica por un argentino llamado Andrés Fassi.
“La expresión barra brava se originó en Argentina en la década de 1960, aunque dichos grupos surgieron a fines de la década anterior y luego se extendieron por toda Hispanoamérica y, en menor medida, Brasil. Son similares a otros grupos aparecidos posteriormente como ultras, hooligans y torcidas organizadas.” (¿Quién trajo las barras a México y cuando llegaron? Goal,06/marzo/2022).
“Psicológicamente hablando, la persona fanática manifiesta una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y/o monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces hasta indiscriminado y violento” (wikipedia). “Seguir a un equipo de fútbol, ser fanático de este, permite a la persona sentirse parte de un grupo social y cultural, adquiere los valores, metas e ideales de su su equipo, a falta de los propios, los logros y derrotas de su equipo serán sus propios logros y derrotas, sentir esa pertenencia le da seguridad y empoderamiento. El fanatismo no es una enfermedad mental, pero se asocia a distintos trastornos de personalidad, especialmente los de tipo narcisista, y puede llegar a extremos peligrosos como acosar, perseguir y matar seres humanos, tratando de imponer una creencia, doctrina o ideología, considerada buena solo para el fanático”. (La psicología del fanatismo deportivo (02/02/2015). Podcast El observador), como la actitud que se presenció ayer en el estadio con los aficionados al fútbol.
Los mensajes para calentar los ánimos a través de las redes sociales son infinitos, muestras hay muchísimas y no cabrían es esta columna. Es un hecho que una palabra mal dicha, un significado malentendido o, simplemente una mirada puede provocar un zafarrancho en cualquier lugar, pero el que parece ser un imán de estas acciones, son los estadios de fútbol.
Han habido varios programas de radio o televisión que han tomado el tema de las Barras de aficionados, muchas de esas veces se han llegado a las mismas conclusiones y se han llevado a cabo acciones para evitar los escenarios de violencia. Lamentablemente la realidad se revela.
Solo hasta que ocurre una desgracia se puede ver como la FEMEXFUT volvió a caer en una zona de confort olvidando sus funciones como supervisor, como una entidad que debe dar el correcto aval para la realización de los partidos y no el dejar todo como una simple tarea para que los dueños de los estadios y equipos realicen o digan que realizan para posteriormente ver que por falta de una verdadera supervisión, los estadios se vuelven campos de batalla.
Todo el mundo, literalmente, se encuentra esperando conocer las acciones que se implementarán, se está a la espera de las acciones por parte de la liga, de la federación, la junta de dueños de equipos; otros están esperando las acciones que implementará la propia FIFA contra el futbol mexicano y, sobre todo si se sancionará a la selección mexicana o al propio país pensando en el futuro mundial 2026.
Tenemos a muchos participantes con cartas a la vista pero con sus cartas todavía sin descubrir, mismas que no serán descubiertas todavía hasta no conocer las cartas de los demás.
Los ojos del mundo están encima de la Federación mexicana de futbol, barbarie en el estadio de futbol mexicano; dicen los periodistas extranjeros, lo cual sumado a las peticiones hechas por medio de redes sociales, dejan clara la exigencia de una sanción contundente y de peso que obliga a las autoridades tanto deportivas como gubernamentales a poner un orden definitivo en los estadios de fútbol, tal y como se realizó en Europa, pero, que parece ser que en México la tarea les queda grande; si no han podido detener un grito homofóbico ̉¿podrán detener la violencia entre los aficionados?
Fuente SinLínea