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De cómo la CIA y EE.UU. inventaron el narcotráfico como lo conocemos hoy

Introducción: La sombra imperial sobre América Latina

La historia del narcotráfico en México no puede entenderse sin analizar la intervención estratégica de Estados Unidos y su brazo operativo, la CIA, en la configuración de redes criminales. Desde la Primera Guerra Mundial, la política exterior estadounidense ha priorizado el control geopolítico y económico sobre América Latina, utilizando métodos que van desde el apoyo a dictaduras hasta la colaboración con grupos delictivos. Este ensayo explora cómo estas acciones, bajo el pretexto de la seguridad nacional y la lucha anticomunista, sembraron las bases del narcotráfico moderno, el tráfico de armas y una violencia estructural que persiste como legado colonial 211.


1. Los orígenes: Guerra Fría y operaciones encubiertas

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos consolidó su influencia en América Latina mediante la Doctrina de Seguridad Nacional, que justificó la intervención en países considerados «amenazados por el comunismo». La Operación Cóndor (década de 1970), diseñada por Henry Kissinger, no solo apoyó dictaduras en Chile, Argentina y Brasil, sino que también estableció alianzas con grupos criminales para financiar operaciones clandestinas. En México, la CIA colaboró con la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y el Cártel de Guadalajara, liderado por Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero, para canalizar recursos hacia la Contra nicaragüense, un grupo insurgente anticomunista 211.

Esta simbiosis entre agencias estadounidenses y narcotraficantes permitió el florecimiento del tráfico de cocaína. Cuando el Senado de EE.UU. prohibió fondos para la Contra en 1984, la CIA recurrió al narcotráfico como fuente de financiamiento. Testimonios de exagentes como Héctor Berrellez revelan que el asesinato del agente de la DEA Enrique «Kiki» Camarena en 1985 fue ordenado por la CIA para ocultar su participación en el tráfico de drogas y armas 11. Así, el narcotráfico se convirtió en un instrumento de política exterior, mientras México se transformaba en un corredor estratégico 23.


2. La ruta del Pacífico y el auge de los cárteles

En los años 80, Estados Unidos cerró la ruta caribeña de la cocaína, dominada por carteles colombianos, y redirigió el flujo hacia México. Este cambio, impulsado por la DEA y la CIA, benefició a los cárteles mexicanos, que pasaron de ser transportistas a socios clave. El Cártel de Sinaloa, fragmentación del de Guadalajara, consolidó su poder gracias a su alianza con el gobierno mexicano y agencias estadounidenses, que le permitieron operar con impunidad a cambio de información y apoyo logístico 29.

La década de 1990 marcó la internacionalización del narcotráfico mexicano. Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), facilitado por EE.UU., los cárteles aprovecharon la apertura comercial para infiltrar redes logísticas y lavar dinero. Simultáneamente, la política neoliberal debilitó las instituciones mexicanas, creando un vacío de poder que los grupos criminales llenaron con violencia y corrupción 69.


3. Tráfico de armas: El círculo vicioso

La violencia en México y Sudamérica no sería posible sin el flujo de armas estadounidenses. Según estudios, el 70% de las armas ilegales en México provienen de EE.UU., muchas adquiridas en estados con leyes laxas como Texas y Arizona 12. Estas armas, vendidas a cárteles mediante redes corruptas, alimentan conflictos territoriales y masacres. Por ejemplo, el Cártel de Sinaloa y Los Zetas se militarizaron con fusiles AK-47 y granadas, equipando a sicarios como si fueran ejércitos irregulares 1012.

Este tráfico es un negocio redondo: mientras EE.UU. vende armas a grupos criminales, su complejo industrial-militar se beneficia de contratos para «combatir» el narcotráfico. La llamada «guerra contra las drogas», iniciada por Felipe Calderón en 2006 con apoyo estadounidense, dejó más de 300,000 muertos y 60,000 desaparecidos, pero no redujo el poder de los cárteles; al contrario, los fragmentó en células más violentas 810.


4. El legado de violencia: Deshumanización y resistencia

La complicidad de EE.UU. ha dejado un saldo de devastación humana. Comunidades enteras en Guerrero, Michoacán y Tamaulipas viven bajo el terror de ejecuciones y desapariciones. Migrantes centroamericanos son víctimas de trata por cárteles que diversificaron sus negocios hacia la explotación laboral y sexual 10. Mientras, las políticas de austeridad y privatización, promovidas por organismos como el FMI, profundizan la pobreza, reclutando jóvenes al narco como única opción de supervivencia 69.

Desde una perspectiva humanista-socialista, esta violencia no es un fenómeno aislado, sino el resultado de un sistema capitalista que prioriza el lucro sobre la vida. La mercantilización de las drogas, las armas y los cuerpos refleja una lógica colonial que despoja a los pueblos de su autonomía. Sin embargo, movimientos como las autodefensas comunitarias en Michoacán o las protestas por los 43 de Ayotzinapa muestran que la resistencia persiste, exigiendo justicia y memoria en un contexto de impunidad estatal 89.


Conclusión: Hacia una descolonización de la seguridad

La narrativa oficial sobre el narcotráfico oculta que EE.UU. no es un actor neutral, sino arquitecto de una guerra que beneficia a sus intereses económicos y geopolíticos. Desmantelar este legado requiere reconocer la responsabilidad histórica de las políticas intervencionistas y repensar la seguridad desde enfoques comunitarios y no militarizados. Como propone el académico Benjamin Smith, solo una crítica radical al neoliberalismo y al imperialismo puede desentrañar las raíces estructurales de la violencia 612.

La solución no está en más armas o muros, sino en justicia social, cooperación regional y políticas de drogas centradas en la salud pública. Mientras persista la complicidad entre gobiernos y cárteles, auspiciada por el capital transnacional, el sueño de paz en América Latina seguirá siendo una utopía lejana.

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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