Documental: BlackRock, la empresa que controla al mundo
Solo los más asiduos lectores de las secciones económicas de los periódicos suelen conocer el nombre de Blackrock. Pero en los últimos años, la corresponsal financiera Heike Buchter comenzó a topárselo con frecuencia al reportear. Ahora escribió el primer libro publicado en el mundo sobre esta “Roca Negra” de Nueva York.
“El nombre no me era familiar antes de la crisis financiera pero tras ella apareció de pronto por todos lados”, cuenta la periodista, que describe a BlackRock como “el consorcio más poderoso, que nadie conoce”. La empresa administra 4,7 billones de dólares en sus fondos. Por sus plataformas de análisis y comercio pasan más de 14 billones de dólares, lo que equivale a un cinco por ciento de los valores financieros a nivel mundial. Pero la influencia de BlackRock se extiende aún más allá.
Influencia onmipresente
“Blackrock asesora a bancos centrales y Ministerios de Hacienda, a grandes inversionistas y fondos estatales, e igualmente a fondos de pensiones de Estados Unidos o aseguradoras y fundaciones”, dice Buchter. Además financia empresas a través de empréstitos y acciones. “En buena cuenta no hay casi nada en el mercado financiero en lo que BlackRock no esté involucrado de una u otra forma”, afirma.
Desde una torre de oficinas de Manhattan, el jefe del consorcio, LarryFink, y sus ejecutivos, manejan los hilos del imperio, que posee acciones de grandes bancos estadounidenses, consorcios armamentísticos y petroleros. En conjunto, los fondos de BlackRock son también los mayores propietarios de acciones de las principales empresas alemanas.
Buchter reconoce que eso no es algo peligroso, pero sí significativo. “En los tiempos actuales, si uno tiene el cuatro, cinco o seis por ciento de las acciones de una empresa, ya es alguien con poder. Uno puede llamar y hablar con el jefe”, dice la autora. Las inversiones del consorcio abarcan múltiples campos, desde la minería en Sudamérica y África hasta la investigación farmacéutica en Estados Unidos. Heicke Buchter considera que, como actúa en tantos campos, siempre pueden surgir conflictos de intereses.
Meteórico ascenso
Todo comenzó a fines de la década del 80. Larry Fink fue cofundador de la empresa BlackRock, que pasó a liderar en 1998. “Cimentó su propio imperio de Wall Street en menos de tres décadas”, subraya la periodista, acotando que “para lograr eso hay que tener un fuerte ego y muchísima ambición”.
Fue precisamente la crisis financiera, con el derrumbe de Lehman Brothers, lo que aceleró el ascenso de BlackRock. La empresa era conocida como experta en desmembrar los portafolios de documentos hipotecarios para reducir las pérdidas. Su influencia creció. Comenzó a recibir llamados del banco emisor y el entonces ministro de Hacienda estadounidense, Tim Geithner, trataba a Fink por su nombre de pila.
En las 280 páginas de su libro, Heicke Buchter arma el complejo mosaico de los negocios de BlackRock, desde su participación en empresas alemanas hasta su asesoría en los planes de rescate de Grecia. La intención de la autora no es levantar un dedo acusador contra el consorcio, sino informar y atraer la atención de la opinión pública sobre este coloso de las finanzas.