La casa del placer
Por Arturo del Bosque
Valga este espacio para hacer una reflexión en base a una novela que leí hace muchos años, tristemente al parecer padecemos un mal congénito el ex presiente Peña con quien además comparto apellido, se trata de que solemos olvidar el nombre de los libros que leemos y por supuesto el autor, sin embargo, la analogía creo nos servirá para tratar de ilustra los andares del nuevo redentor que por ventura recorre en redes, la patria entera.
En la novela que leí, el relato inicia describiendo lo que era una casa de placer, un lugar en donde mujeres jóvenes ofrecían placeres sexuales a hombres que acudían en forma habitual a tal morada de licencia a los sentidos, sucede que inicia la novela narrando además que una trágica mañana encuentra la muerte prematura el hombre que hacía las veces de protector y responsable de aquella casita, un hombre a quien las damas le prodigaban un gran cariño por ser además de protector un gran ser humano y de trato excepcional para cada una de ellas, por ventura esa mañana había acudido un párroco o un diacono, entiendo que de alguna denominación religiosa que le permitía tales comportamientos, el buen señor arribo en busca de una mujer que le prodigara mediante una transacción monetaria, el placer de los sentidos por un determinado tiempo, cuando llega al lugar escucha los lamentos y congojos de las damas dolientes, le cuentan que lamentablemente ha fallecido su gran protector; el hombre lleno de contrariedad advierte que no será posible llevar a cabo el acto para lo cual acudió a tal casita, las mujeres le tenían en una altísima estima y respeto, una de ellas exclama conmovida; “por supuesto que no podía ser otra persona más caritativa y buena que usted para acompañarnos en este momento de intenso dolor, cuanto agradecimiento a su presencia en esta mañana y abusando de su persona le pedimos que de su alma, boca y corazón pronuncie una palabras en recuerdo y honor de nuestro querido amigo y benefactor.”
El hombre, contrariado, pensando que él había acudido con otro propósito, acepta a regañadientes pronunciar tales palabras, siempre con la muina de que no sería posible llevar a cabo su acto licencioso cargado de libido y una que otra contorción.
Inicia el relato describiendo al finado, luego habla de sus bondades y por ahí a la mitad del discurso su fervor aumenta y las loas y comentarios aduladores que magnificaban el alma y las acciones de el sujeto que había pasado a mejor vida, ya en el frenesí de oraciones y frases cargadas de elogios y lecciones de amistad y fraternidad, el párroco se olvida por completo de cual era la intención que tenia al acudir a la casita esa mañana y se convence a si mismo de que él fue para consolar a las mujeres dolientes, su discurso se vuelve pasional y entregado totalmente a describir, aumentar y apologizar las bondades del benefactor, termina convencido de que ese, ese fue el motivo de su presencia en tal lugar, no el buscar el placer carnal, no, lo fue el acompañar a las damas dolientes en este trance trágico, al final se retira convencido de que su misión había sido cumplida con creces y que él era, tal como le decían las mujeres, un hombre bueno, noble y sumamente justo que se había presentado a condolerse con ellas en su dolor, tal cual….
Por estos venturosos días que nos toca habitar, un personaje ha recorrido lo que seria, el mismo trazo del párroco en cuestión, acude jubiloso a la casi segura nominación de un familiar que le es muy cercano, a la candidatura de un estado que tiene fama de guerrillero, se le veía exultante y feliz pensando que el alineamiento era infalible y que su querido familiar seria ungido como candidato y casi seguro gobernador de tal estado, en donde la lucha de su familia política ha dejo una huella de dignidad y congruencia política.
En mala hora, al igual que le sucedió a nuestro ya conocido personaje, el gozo se fue al pozo y el familiar vio sepultadas, metafóricamente hablando, su casi segura nominación, un evento descorazonador para él y el familiar cercano que le hacía ya candidato y futuro gobernador, a diferencia de nuestra novela en la que la muerte del bienhechor era, como lo son todas las muertes, irreparables e irreversibles, en este caso acudieron a procedimientos truculentos, haciendo inclusive alianza con personajes del priismo local para descarrilar la candidatura del rival al que la ciudadanía le refrendo su confianza, no una, sino dos veces, vano intento, el familiar vio diluirse la candidatura y tristemente este episodio en el que la ambición y la incongruencia política dieron al traste con la histórica lucha familiar, la esposa del personaje émulo de nuestro párroco fue desligada de este movimiento transformador en el que ocupaba por meritos propios, un lugar preponderante.
No se sabe si, al igual que en la Casa del Placer, al personaje le fue solicitada su intervención, no en la fallida nominación, ya que al igual que la muerte del personaje novelesco, esta era irreversible, sin embargo nuestro personaje decide iniciar, a manera de desagravio, una campaña redentora y con una narrativa democratizadora y de principios, es evidente que su motivación, al igual que la el párroco era otra, en tanto profundiza en sus discursiva, se va convenciendo a si mismo de que , no es que su familiar no fuese ungido lo que le motiva a este apostolado y peregrinar, en tanto rescatar al partido político que, a raíz de la fallida nominación, exhibe rasgos de descomposición, de anti democracia y autoritarismo, su discurso se intensifica y hoy por hoy el está convencido de que su indignación acerca de la practicas del partido contravienen a su espíritu libertario, su animo redentor y se siente convencido de que él fue llamado no ha celebrar el triunfo de su familiar si no que fue llamado a encabezar este gran movimiento de rebeldía y redención, es el nacimiento de una fuerza insurgente que, a diferencia de nuestro personaje novelesco, crea una feligresía, militantes que se sienten agraviados, generalmente de poca participación en los trabajos ordinarios y que involucren al vulgo, ufff, sino más bien e esos que les gusta lavar los trastes sin mojarse los dedos, de tal suerte que nos ha nacido un redentor, arrojado y temerario ha señalado en todos los foros posibles, que la actual dirigencia debe renunciar para iniciar un proceso de rescate y redención, tal como título de película moderna.
Pudiera pensarse que la analogía es frívola o ligera, tristemente no lo es, si vemos a los personajes políticos que, en aras de su personalismo , individualismo y afán por los reflectores, han asumido, al igual que el personaje de la novela, posiciones falsamente moralinas, les escuchas en sus discursos falaces y estridentes, los unos, hipócritas y falsarios los otros, ambos igual de nocivos y tóxicos, son los Monreales , los Porfírios pérfidos, los Cárdenas deslavados, la Lili Téllez y la neurosis, el Gibran soberbio y presuntuoso, Córdoba y Ciro, falaces paladines de la democracia, sus discursos engolados y pasionales no se sostienen en ningún cuerpo social, en movilizaciones y anhelos colectivos, son simples y vulgares políticos, ambiciosos y comodinos, por cierto, creen que el pueblo ha de rendirse ante su discursiva ridícula y falaz, pues no, el pueblo les ha colocado en un horizonte de poco mas de 60 votos en un proceso electoral, en donde el personaje principal y mas visible de este gran movimiento redentor, no fue capaz de concitar apoyo masivo, se quedo solo con su voz y su ambición, su falaz careta de redentor, son, al movimiento, aquellos que como canta La Nacha Pop, convierten el aire, en gas natural.