La nacionalización de la energía y la cancelación del pago de la deuda pública siguen más vigentes que nunca
Los partidos PAN, PRI, PRD Y MC en la Cámara de Diputados impidieron que se aprobara la iniciativa de Reforma Energética impulsada por el presidente López Obrador y, por tanto, se mantiene la reforma constitucional neoliberal promovida por Peña Nieto en 2013.
Se requería mayoría calificada y Morena y sus aliados no la obtuvieron. ¿Qué sigue ahora? Luchar por obtener la mayoría calificada e impulsar la movilización y participación del pueblo organizado.
El no haberse aprobado la iniciativa presidencial significa que la Comisión Federal de Electricidad, (CFE), va a seguir perdiendo mercado; la CFE produce actualmente apenas el 38% de la energía eléctrica y los grandes monopolios eléctricos privados generan el 62% restante, y en el futuro inmediato estas tendencias se van a ampliar y con el grave riesgo de que la CFE siga operando con pérdidas y recibiendo subsidios del gobierno. La CFE está en un grave peligro.
Los neoliberales al impedir la reforma presidencial están impulsando una privatización silenciosa para debilitar a la CFE. La iniciativa presidencial solo planteaba que la CFE se quedara con el 54% y las grandes empresas privadas eléctricas con el 46% restante, pero ni eso aceptaron los neoliberales, porque quieren hacer de la electricidad no un bien público y un derecho humano sino una simple mercancía para lucrar y obtener ganancias.
Estas grandes empresas privadas eléctricas nacionales e internacionales son controladas por el gran capital financiero y en especial por los grandes fondos de inversión internacionales, como Black Rock, Vanguard Group, JP Morgan Chase, etc. El capital financiero internacional, el capitalismo imperialista, aliado con los grandes capitales nacionales, impidió la aprobación de la reforma eléctrica que revertía parcialmente la reforma neoliberal de Peña Nieto.
La lucha por la renacionalización energética y en contra de todas las reformas neoliberales privatizadoras sigue vigente no obstante este revés de no conseguir la mayoría calificada en la Cámara de diputados. Esta lucha por la desprivatización de la economía y por la nacionalización con control obrero y popular es la lucha por un México más justo y libre. El neoliberalismo se escuda en la defensa del libre mercado, pugna por la mínima participación del Estado en la economía y por desmantelar a las empresas públicas.
El neoliberalismo dice defender a “la iniciativa privada”, pero en realidad solo defiende a los monopolios capitalistas, porque estos monopolios someten a los pequeños y medianos empresarios. El tal libre mercado no existe, los monopolios capitalistas son lo que realmente existen y dominan en la economía y en toda la vida social; vivimos en México en una economía capitalista monopolista y no en una economía capitalista de libre mercado.
Nuestro país lo que requiere es una profunda reforma económica y un nuevo modelo de desarrollo donde no dominen estos monopolios capitalistas, sino que los sectores público y social de la economía sean los preponderantes junto con los pequeños y medianos empresarios. Nacionalizar los sectores claves de nuestra economía con participación social sigue siendo demanda popular y camino para salvaguardar la soberanía nacional.
Las empresas públicas como Pemex y CFE son conquistas históricas del pueblo mexicano que deben ser fortalecidas y democratizadas y no pueden regirse bajo la lógica de empresas privadas que buscan el lucro. La CFE y PEMEX han sido y son saqueadas por el neoliberalismo por medio de la deuda, entre otros factores. PEMEX debe al cierre del 2021 la suma de 2.2 billones de pesos, casi 110 mil millones de dólares y debido a ello paga elevados intereses: 142 mil millones de pesos pagó el año pasado. La CFE tiene una deuda de 394 mil millones de pesos también al cierre de 2021 y en ese mismo año pagó 20 mil millones de pesos de intereses. Pero en 2021 la CFE tuvo pérdidas por 131 mil millones de pesos y el subsidio del gobierno fue de 70 mil millones de pesos que no compensa las pérdidas. La deuda de las empresas públicas suma casi 2.6 billones de pesos de los 13.4 billones de la deuda pública total.
La defensa y ampliación del sector público o nacionalizado, primordialmente PEMEX y CFE y ahora también el litio, forma parte del programa democrático popular del pueblo mexicano que debe concluir con un nuevo Constituyente y una nueva Constitución. Por lo anterior la Promotora por la Suspensión de la Deuda Pública se pronuncia: Primero, por sostener la lucha por la restauración de los fines para los que fueron creados CFE y PEMEX: no al lucro y si el servicio de la población; Segundo, por suspender el pago de la deuda de estos organismos descentralizados del estado para que se apliquen a su fortalecimiento y contribuyan al desarrollo mejorando las condiciones de vida del pueblo mexicano; y Tercero, por hacer partícipe a los trabajadores, usuarios domésticos y pequeños productores agropecuarios y pesqueros, del establecimiento de políticas de precios y tarifas vinculadas a los ingresos reales en el medio rural y urbano y diferenciadas del uso industrial y empresarial.