La visión geoestratégica de AMLO
Ante la situación geopolítica y geoeconómica que vive el mundo en este momento y frente a las expectativas de su evolución en el futuro cercano, no hay nada más práctico que formar en América un bloque regional integrado por todos los países del continente, potenciando las ventajas que ofrece cada uno en beneficio de toda la región.
Está muy claro que Rusia desarrollará su intercambio comercial con Asia e irá distanciándose de la Unión Europea, lo que va a fortalecer a la región asiática en su crecimiento, así como en su posición competitiva contra las regiones de América y Europa.
Por su parte los Estados Unidos nunca han visto al resto de América como su socio, sino como territorio subordinado a su hegemonía; su orientación ha sido enfocada hacia Europa, que en el futuro será mucho más dependiente de ellos, porque la posición en la que va a quedar ese continente después del conflicto ucraniano, le restará fortaleza para competir en los mercados mundiales, por lo menos en el mediano plazo, tiempo que van a tener que utilizar para rediseñar sus cadenas de suministro.
En el futuro cercano la fortaleza comercial que ganará la región asiática, solamente puede ser contrarrestada configurando un bloque americano potente, que combine el capital, la industrialización y la tecnología de Norteamérica, los recursos naturales y el potencial humano de Centro y Sudamérica, para que unidos puedan hacerle frente al gigante que están integrando China, Rusia y la India.
Pero esta integración americana ya no puede ser producto de una relación subordinada de los países latinoamericanos a los Estados Unidos; tiene que verse como una relación funcional y respetuosa entre países soberanos que se unan voluntariamente y que la unión convenga a todos, sin que represente ventajas impuestas a favor del Norte.
Los Estados Unidos se obstinan en ponderar diferencias ideológicas por encima de las conveniencias de una unión respetuosa, cuando sus colegas de la Unión Europea, solo por conveniencia económica, admiten a países como Hungría, donde existe una dictadura autocrática, lo cual no existe prácticamente en ningún país de américa.
El resultado de un escenario en el que una región supere por mucho a las demás en el aspecto económico, como es el caso de Asia en el corto plazo y que las otras regiones aceleren la carrera armamentista para compensar la diferencia de potencial comercial y esto no le conviene a nadie que viva sobre este planeta.
La solución es la integración de bloques regionales competitivos en materia económica y comercial, que aporte un balance conveniente con América completa integrada y Europa, aprovechando su situación geoestratégica con el continente africano, para plantarle cara al gigante económico que parecen estar formando los soviéticos con los asiáticos.
Esta es la propuesta geoestratégica planteada por el presidente de México al presidente de los Estados Unidos, que inicia con su solicitud de invitar a todos los países americanos a la cumbre de las américas, a fin de poder avanzar en esta integración y cuya introducción ya había esbozado en su intervención durante la cumbre norteamericana que se realizó entre México, Estados Unidos y Canadá en el pasado.
No pretendemos esperar que la derecha mexicana lo entienda, porque ni siquiera han empezado a comprender la estrategia socioeconómica que se está aplicando dentro de México, por lo que seguiremos escuchando y leyendo comentarios muy básicos, que aludirán entre otras cosas, a desterrar el inexistente comunismo del continente, en una actitud parecida a la de un chamaco malcriado que se cree más inteligente que sus papás y que aunque no entiende nada, se atreve a condenar la forma en la que se relacionan con los vecinos.
Como dijo el filósofo estadounidense Amos Bronson Alcott: “La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia”.