En sexenios pasados, la complicidad entre la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y grandes empresas para hacer negocios a costa del presupuesto público, no estuvo restringida sólo al ámbito de los alimentos. Otro sector fundamental para la salud en el que se hicieron negocios ilícitos, fue el de los medicamentos.
Mediante una red de extorsión, todo aquel que llegara a la comisión reguladora a solicitar algún trámite relacionado con la industria farmacéutica, enfrentaba el olvido o bien avance de su solicitud según se realizarán o no pagos a funcionarios.
“Una sofisticada estructura controlada desde una oficina centralizada que administraba los ingresos de forma discrecional a través de extorsionar a los y las solicitantes”, señaló Alejandro Svarch Pérez, titular de la Cofepris.
En la Cofepris, estas irregularidades provocaron que unas cuantas empresas concentrarán el mercado de medicinas en México. Pero fue de 2011 a 2016 que un personaje se convirtió en factor clave para que la corrupción se convirtiera en la llave maestra para cualquier trámite.
Se trata del priista Mikel Arriola, hoy presidente de la Liga Mexicana de Fútbol, que de 2011 a 2016 tuvo el control de la Cofepris con el cobijo de los secretarios de Salud, Salomón Chertorivski Woldenberg, Mercedes Juan López y José Narro Robles, frenaban procesos para quienes no cubrieran el moche solicitado.
De acuerdo a la Auditoria Superior de la Federación, desde 2009 la Cofepris mostró atrasos en las autorizaciones sanitarias. Para 2011 se documentó que la entrega de autorizaciones acumulaba ya atrasos por meses.
El periódico El Economista señaló que Juan Carlos Gallaga, encargado de la Autorización Sanitaria retenía casos y atrasaba resoluciones al grado de retener mil 670 expedientes de 2015 a 2017 en los sótanos de Cofepris.
“Detectamos que en la superficie la institución parecía funcionar sin problemas, pero en el fondo, en las zonas oscuras, en los sótanos de la institución operaban redes de corrupción; donde grupos de interés tenían secuestrada a la agencia sanitaria”, mencionó Alejandro Svarch Pérez, titular de la Cofepris.
Juan Carlos Gallaga, funcionario que archivaba los expedientes y que de acuerdo a versiones periodísticas registró en sus cuentas bancarias constantes transferencias provenientes de empresas reguladas por la Cofepris por cantidades de hasta 300 mil pesos, es el mismo al que Mikel Arriola reconocía públicamente por su trabajo.
Tal fue el nivel de corrupción, que Julio Sánchez y Tépoz, quien sustituyó a Mikel Arriola, declaró la irregularidad dentro de la dependencia.
“Hay que decir que esto es irregular, ilegal. Nosotros lo combatimos y yo lo señalé. Por eso se tomaron decisiones contra funcionarios públicos como Juan Carlos Gallaga, porque si retrasa voluntaria y dolosamente procedimientos, claramente eso va en contra de la salud de un país”, dijo Sánchez y Tépoz.
Ante este panorama, Once Noticias buscó a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) para conocer los señalamientos que hay sobre empresas del sector vinculadas a esta red ya sea como participes o víctimas de esta red de corrupción y extorsión.
“Son casos internos que desconocemos como Cámara porque obviamente las empresas no nos informan. Por eso es importante que si la autoridad ya identificó estos casos, pues denunciarlos y eventualmente nosotros también tomaríamos cartas en el asunto”, dijo Rafael Gual Cosío, director de la Canifarma.
Cabe recordar que durante el sexenio de Peña Nieto, el Gobierno Federal gastó en medicamentos 303 mil millones de pesos y 10 empresas concentraron 80% de las compras, éstas fueron:
Proveedores con mayor participación 2012-2018
- Grupo fármacos especializados: 35.2%
- Farmacéuticos Maypo: 11.6%
- Dimesa: 11.4%
- Ralca: 5%
- Comercializadora de productos institucionales: 5%
- Savi distribuidores: 2.9%
- Laboratorios de biológicos y reactivos de México: 2.4%
- Compañía internacional médica: 2.3%
- Comercializadora Pantamed: 2.1%
- Vitasanitas:1.6%
Fuente: Secretaría de Salud
El director de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica considera que las extorsiones fueron posibles por la falta de agilidad en los trámites.
“En medida que hay rezago, se presta a que estas personas ofrezcan: ‘oye pues en lugar de estar en el lugar mil, te voy a pasar al lugar cinco’, aunque no avances más allá del cinco”, mencionó Rafael Gual Cosío, director de la Canifarma.
La lucha se mantiene contra las diversas irregularidades que se cometieron en la pasada administración en diferentes dependencias, incluida la Cofepris.
Recientemente la Comisión se vio obligada a crear una lista de distribuidores irregulares de medicamentos que no cuentan con autorización sanitaria o en casos extremos son empresas que simulan operaciones a través de la emisión de facturas.
La corrupción en el sector farmacéutico es la que ha denunciado el Presidente Andrés Manuel López Obrador y ha prometido que se erradicará.
“No van a poder con el propósito que tenemos, la firme convicción de limpiar de corrupción al país. Es que llegaron a esos extremos, a robarse el dinero de las medicinas, a adulterar las medicinas, a vender medicinas caducas ya sin escrúpulos morales de ninguna índole”, dijo Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México.
