¿Y la dictadura? AMLO, el presidente con menos leyes aprobadas por el Congreso
La oposición ha acusado mil veces que AMLO es un presidente dictador y que hace lo que se le da la gana, pero la realidad es que existen “otros datos”.
A lo largo del presente sexenio en México, la oposición ha acusado en reiteradas ocasiones al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de ser un dictador; sin embargo, lo cierto es que está lejos de serlo, pues el primer día de octubre se convertirá oficialmente en el exmandatario con menos leyes aprobadas por el Congreso de la Unión.
De acuerdo con la información presentada por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, el presidente oriundo de Tabasco ha tenido una taza sumamente baja de iniciativas aprobadas, a pesar de que en todo el sexenio tuvo un gran número de legisladores a su favor, pertenecientes a los partidos Morena, el del Trabajo (PT), el Verde Ecologista de México (PVEM) y en su momento, el de Encuentro Social (PES).
AMLO tuvo la menor tasa de iniciativas aprobadas desde 1917
Según los datos analizados, López Obrador será el exmandatario con menor tasa de aprobación de iniciativas desde 1917, logrando apenas un 63.36 por ciento, cifra que podría aumentar un poco más en septiembre, cuando mande su nuevo paquete de reformas a la legislatura que está por entrar.
Su antecesor, el presidente Enrique Peña Nieto, obtuvo un 79.84 por ciento de iniciativas aprobadas con relación a las que mandó; en tanto, Felipe Calderón Hinojosa estuvo por debajo del priista, con apenas un 79.55 por ciento.
Un tanto más abajo se ubicó Vicente Fox Quesada, con 74.70 por ciento; mientras que de 1917 a 2000, tiempo en que dominó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la tasa de aprobación fue del 98 por ciento, es decir, la oposición no existía, ya que siempre trabajó de la mano del tricolor, apoyando los caprichos del mandatario en turno.
¿Cuáles fueron las reformas rechazadas de AMLO?
Respecto a las iniciativas de López Obrador que no fueron aprobadas, destacan en específico cinco, de las cuales dos fueron propiamente desechadas por el Congreso de la Unión: la reforma eléctrica de 2022 y la reforma político-electoral de 2023.
Ambas propuestas buscaban reformar la Constitución y necesitaban de mayorías calificadas, con las que Morena y sus aliados no contaban, y que, a diferencia de otros proceso como el de la Guardia Nacional, la oposición no tenía intenciones de ayudar.
Finalmente, se tiene a otras tres iniciativas que quedaron pendientes en la cámara revisora: una nueva Ley General de Protección Civil y Gestión del Riesgo de Desastres, la reforma constitucional que proponía limitar las remuneraciones en los órganos autónomos y una reforma para reorganizar el funcionamiento, atribuciones y responsabilidades de magistrados y magistradas del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
